sábado, 27 de julio de 2013

Perdón no te vale.

Para Rosario.
Como dice Lidia, las palabras no ocurren.

Cuando me diste el diccionario,
pensé que era un gran invento.

Pero te digo perdón
y tú me devuelves
un saco de monedas
fuera de curso.
Te digo perdón
y me muestras un vestido
demasiado pequeño.
Te digo perdón
y dices que no entiendes 
la escritura del caracol sobre la arena seca.
Si perdón no te vale,
dime qué hago,
que muerda las monedas
o que eche el trajecito al fuego.
Que cierre la boca
o que organice carreras de caracoles.

Si perdón no te vale,
mejor te devuelvo el diccionario.