miércoles, 1 de mayo de 2013

La sonámbula





Sus ojos abiertos
son piedras ciegas
a los ojos de los desvelados,
y su lengua 
un mapa de coordenadas imprecisas.

Mientras sus pestañas inventan un código
que no responde
a ninguna pregunta de esta parte del mundo,
camina la sonámbula por el pasillo,
irreductible, evitando los espejos,
negando a todos su mano fría.

De ninguna otra forma puede ser más ella,
cruzando ríos,
tozuda en su abandono.