domingo, 14 de abril de 2013

Diccionario


 Diccionario.

Y le llamo miedo
a un perro sin atar
a las órdenes de un niño abandonado.

Y le llamo vida
al ojo sorprendido
cuando se ve mirando,
al pulso que se empuja en la arteria,
al pie que se camina por la fibra de cáñamo.

Y le llamo primavera 
a ese lugar de tu cuerpo
en el que las nubes se juntan
para hacer sombra fresca o tormenta.