Un rectángulo de papel amarillo
dice que yo he escrito ese nombre.
Que no le importa si no recuerdo,
dice, mientras oigo
caer la primera gota de un chaparrón.
También dice que
eso es pasado,
que no para de
llover desde hace una semana.
Que volví a
casa
(las luces de la tarde escampada se
me agarran a los ojos,
las luces de los semáforos y las
farolas,
el rojo freno de los coches en la
ciudad limpia,
a mi voz se enganchan las nubes,
perros oscuros a punto
de ladrar más agua),
llena de rabia,
dice el rectángulo,
porque me perdí el
final de la historia,
qué hizo ese hombre
con la llave
que recogió del
charco
y se guardó en el bolsillo
mientras yo
seguía caminando.
2 comentarios:
El papel amarillo, la llave...Un abrazo.
Agua que borra, que limpia..... escritos en el alma.
Un beso, Angi
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