lunes, 26 de diciembre de 2011

Navidad



No quieres ver cachitos en ese charco de lágrimas.
Me rompí
y, caigo o no caigo,
cayeron plumas blancas,
y cayó el pelaje de una loba,
y las uñas de una gata que se clavan en el barro
y gotas de sangre frágiles como bolas navideñas.
En el agua flotan trozos de mi cuerpo,
carne de mazapán, crujientes peladillas.
Ya no serviría para adornar tu salón.
No me niego el deber de nacerme,
ni el placer de esta nueva combinación de fragmentos.
Floto. En trozos. Aquí estoy. Helada.
Ni siquiera entrecerrando  los ojos verás un mensaje legible.
No mires si no te gusta.

2 comentarios:

moonlight dijo...

suave recomponerse de cachitos desde las delicadas plumas balncas.

Angi La Fiera dijo...

Sí, y desde el barro también, así que el resultado no es tan delicado a veces.